viernes, 6 de noviembre de 2009

ORLANDO BARONE

FOTO: MACARENA GARCÍA

"Nunca se habló tanto de los medios"

La situación que están viviendo los medios en Venezuela, o por lo menos el modo de intencionar una comparación con Argentina, refiere a un estado dónde no existe la libertad de expresión. La forma en la que interviene el gobierno venezolano con los medios de comunicación es muy criticada por los periodistas en Argentina. Por esto, Barone dijo: “Generalmente la prensa tiene una epidermis híper sensible a todo lo que atañe a la libertad de prensa, es decir, un Gobierno, Estado o poder público quiera establecer sobre derechos de la libertad de prensa, enseguida los medios resisten y rechazan, la mayoría con fundamentos y a veces no. Primero inventan un diablo o lo construyen, lo demonizan, cómo Chávez. Naturalmente, los medios defienden el establishment.
La naturaleza de los medios es ser de derecha. Pensá que la noticia es un negocio cada vez mayor y los medios tienen negocios paralelos. Plantaciones de soja, compañías aseguradoras, que pertenecen al sistema capitalista que defienden todas esas situaciones. Es natural, que no quiere decir que no sean democráticos, son muy democráticos algunos medios, pero en esa línea, defienden su naturaleza, porque nacieron en las democracias occidentales capitalistas, por eso los países comunistas, los medios no tienen esa libertad.

-¿El poder o el rol que tomaron los medios en Argentina es mucha mayor al de otros países?
-No lo sé, no puedo saber si los medios son en Italia o en Francia, influyen más que los medios en Argentina. Es de poca consistencia estadística.
La opinión pública tiene resistencia contra los medios, cada uno tiene antídotos. No hace falta ser culto para resistir una mentira o una exageración. Los medios tienen influencia pero las sociedades tienen respuestas, a lo mejor no inmediatas.
En la Argentina los medios, por la concentración, tienen una información recortada y unánime. Forman una agenda muy fuerte, la inseguridad por ejemplo, la instalan y ya es imposible salir de eso. El propio periodista se ve empujado a tocar el tema que se instala en la agenda.
Estos son los movileros, somos nosotros cuando vamos detrás de las noticias. Se tira un pedo un tipo en la esquina del conurbano y todos vamos a cubrir eso y todas lo demás no existe, las cien mil esquinas de Buenos Aires donde no se tira un pedo nadie, no va nadie.

-¿Cree que las personas están más independizadas de lo que dicen los medios?
-Están tomando conciencia ahora, ayudan muchos periodistas que trabajan fuera de la concentración mediática. Son pocos, desde blogs o en medios más pequeños. Eso diversifica mucho y hace entender a mucha gente que hay otras voces.
Nunca se habló tanto de los medios como hoy en Argentina. Desde hace algunos años pero sobre todo desde el manipulado conflicto con el campo que trazó una bisagra. La gente se dió cuenta que le estaban vendiendo una posición política y económica a través de los medios. Este es un momento bisagra, polémico y muy interesante.

-¿Cuál es la importancia de una nueva Ley de Radiodifusión?
-Ojalá sirva para diversificar la manera de encarar el periodismo. Hay una escala de periodistas como los ricos y famosos y un ejército de periodistas, miles, que no son conocidos y quieren la ley. Pero lo difícil es para un periodista famoso, que es el que está cerca del pensamiento de la empresa. Es muy difícil ser independiente o ¿cómo actúa un periodista frente a los hijos en situación de discusión de identidad de apropiación indebida de la señora directora del diario (Clarín), Ernestina Herrera de Noble?
Una ley de radiodifusión permitiría que un periodista pueda disentir con un diario y trabaje en otro. Cambiaria muchos elementos de la distribución de medios. Podría producir focos de libertad, con empresas interesadas, pero de distinto signo, menos gigantescos y absolutos.
La ley es un punto de inflexión, pero ¡Imagínate los lobbies que van a hacer los medios! A la mayoría de los que están integrados al sistema no les conviene que salga la ley.
En lo profundo me encantaría que salga, pero me doy cuenta de que es difícil. Después de esta derrota del Grupo Clarín con el tema del fútbol, hay un talón de Aquiles que podría funcionar de estimulo.

FOTO:  MACARENA GARCÍA


-¿Qué posición toman los periodistas ante esta posibilidad?
Diría que a simple vista ningún periodista pudiera rechazar la ley, en su sano juicio y en su libertad. Hay que tener un rasgo de fraternidad y de libertad para poder arriesgar lo que se tiene, sino no podes revolucionar nada.

-¿Los periodistas boicotean el proyecto de Ley?
Puede ser, ahí aparece el mezquino. Los cambios te dejan fuera del mapa de integración. Los que la boicotean es probablemente porque son vulnerables y están en un grupo concentrado y su libertad es para dudar. Los que se revelaron, perdieron el trabajo o no pudieron llegar a mejores posiciones dentro del establishment periodístico. Ellos no llegaron porque no son funcionales a todo lo que quiere el sistema, porque el sistema premia al mejor empleado del mes y el periodista se termina convenciendo de lo que quiere el medio.
Esto que pasó con el futbol ha mostrado que Clarín no es invencible, que puede ser tocado como en el juego de Batalla Naval. Tocado, que no significa destruido. Eso es un aliciente para los propios periodistas del diario que disienten con la política del diario.
Pero este año hubo ciertos atisbos, ciertos medios, periodistas, que están colocando las cosas en otro lugar, más discutible, más interesante y eso tiene que ver con la posibilidad de una ley de Radiodifusión.

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